Eclipse oculto

El sol se enamoro de aquella luz de la noche, de aquella luna sombría, oscura y llena de incertidumbre. Durante mil años la vio ocultarse, la vio correr de la vida. Salía en busca de ella cada atardecer, a buscarla cada amanecer pero nunca la encontró. Su amor no se detendría hasta poder enamorarla por la mañana. Ella... tan oculta, tan oscura, soñaba con sentir un poco de calor bajo las sabanas. Irreconocible e inentendible su mente sabia que era algo imposible. Durante mil años, cada noche ella deseo sentir algo nuevo, algo extraño e irremediablemente irreal para nosotros; cada día, el deseaba sentir ese frío que encontraba cálido y esa paz llena de ambigüedad en medio de la soledad. Simplemente el sol no soportaba despertar y no tenerla su lado. Llego el día en que la luna se canso y se oscureció completa, se volvió fría y llena de temores, de tanto soñar. Llego el día en que el sol decidido cambiar el día por la noche, marcando un camino y un destino diferente. Y aquel espacio en el destino existió, aquel momento en el que ambos se unieron y aunque su copulacion solo tuvo espacio dentro de un pequeño lapso del tiempo, fue eterno para los dos amantes. Y fue suficiente para darles esperanza del existir de aquel amor lleno de incertidumbre y calida frialdad.